El escenario donde se desarrollan las actividades económicas y sociales de los ciudadanos que habitan una urbe es el espacio público, ya sea abierto o cerrado, también cultural, religioso, educativo o de recreación. Este espacio colectivo se encuentra sujeto a las decisiones aparentemente democráticas del estado que lo administra, no obstante, es este mismo estado el que garantiza la rentabilidad de sus espacios urbanos para fines comerciales, anteponiendo a las necesidades de sus ciudadanos. Es por esto que los procesos de gentrificación (proceso de transformación de un espacio urbano deteriorado o en declive a partir de la pre-construcción o rehabilitación, que provoca un aumento de los alquileres o del coste habitacional en estos espacios); son cada vez más frecuentes en las ciudades contemporáneas.
En diversas ciudades de México, la alta demanda de vivienda, aunado a la centralización de los servicios, ha ayudado a que las desarrolladoras busquen predios en las cercanías de los centros históricos o barrios más antiguos de la urbe, puesto que se trata de propiedades viejas y con falta de mantenimiento, que por alguna u otra circunstancia no tienen dueño, o éste no ha podido con las exigencias que tienen algunas ciudades, (Ciudades patrimonio) en cuanto a la normativa de conservación de dicho inmueble. Esta serie de situaciones facilita a que alguna constructora o desarrolladora, pague estos inmuebles a precios bajos y decidan establecer sus propios proyectos, que muchas veces no respetan el contexto inmediato de su ubicación.
Esto nos fuerza a preguntarnos, ¿a quién le compete la conservación del patrimonio de la ciudad realmente? ya que los ciudadanos se ven excluidos de las decisiones que toma el estado para la reorganización del tejido urbano o al menos, esa es la impresión que se da, ya que, la falta de promoción de mecanismos de participación ciudadana en la preservación del patrimonio cultural de la ciudad hace aparente este fenómeno; los comités vecinales, deberían ser más activos al momento de solicitar su participación en la toma de decisiones sobre su espacio urbano, ya que por el contrario, corremos el riesgo de que la ciudad parezca más un gigantesco complejo comercial y no como un depósito de la memoria, la cultura y la identidad de sus habitantes.
Cuéntanos tu opinión sobre este fenómeno y cómo ha impactado tu relación con el espacio que habitas. A SIIG Ingeniería y Consultoría nos importa que piensas de este y otros fenomenos que comentamos en nuestro blog.
Por: Joshua Gómez Gamiño
En la imagen se muestra un claro ejemplo de un espacio gentrificado y como esta acción amenaza al patrimonio cultural de las ciudades. (Imagen de Wikipedia cortesía de Francisco Peláez).
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