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Al hacer referencia al término hidrología inmediatamente viene a la mente como respuesta: el “estudio o tratado del agua”, sin embargo, este concepto desde hace varios años se ha tomado a la ligera en la planeación del territorio a los diversos niveles urbano y suburbano, lo que trae, en nuestros días, un grave problema de disponibilidad hídrica y de contaminación. Las consecuencias de un inadecuado manejo hidrológico son infinitas y por mencionar algunas tienen que ver con el déficit (por no decir secado) de cuerpos de agua, contaminación fuera de control y en gran parte tóxica al ambiente, uso irracional del recurso en centros de población y el mal manejo de residuos peligrosos que afectan a los acuíferos. Más aún se nota una creciente falta de cultura en agua que se ve reflejada en las recientes disposiciones normativas oficiales, las cuales se transforman en instrumentos jurídicos que, en su elaboración, evidencian desconocimiento de la importancia por una gestión responsable-sostenible, pues su elaboración necesariamente debe atender a todos los actores de cualquier cuenca hidrológica y estas garantías permiten garantizar la disponibilidad y la calidad para las generaciones venideras. De acuerdo a los datos reportados por INEGI (2015), la principal disponibilidad de agua se encuentra en el sureste de México (agrícola, pecuario, turístico), el centro y norte occidente tienen necesidades apremiantes (habitacional, comercial, industrial) y con deficiencias sumamente marcadas en el norte del país (agrícola, minero, industrial y habitacional), también relacionadas a su naturaleza desértica y semidesértica, en una gran parte del territorio nacional con precipitaciones menores a los 400 mm/año. Los efectos de la creciente población y los usos diversos relacionados a la industria de la transformación, además de una pobre tecnificación del campo tradicional, son reveladores: en el año de 1910 la disponibilidad de agua era mayor a 31,000 metros cúbicos por habitante por año, mientras que para el año 2010 esta cantidad es solamente de 4,230 lo cual implica una disminución de ¡más del 86% de disminución de disponibilidad!! En sólo 100 años! Aún más, la cantidad de agua empleada en los diversos usos ha sido crecientemente sobre contaminada y dispuesta indiscriminadamente a los cuerpos receptores en conjunción con la escasa aplicación de la normatividad vigente por parte de las autoridades tanto federales, estatales y municipales para vigilar, sancionar y corregir las actividades contaminantes y agresivas en materia de agua y medio ambiente. En México, como en varias partes del mundo, la creciente concentración poblacional en zonas metropolitanas, el crecimiento económico, la sobrepoblación y la consecuente sobredemanda del vital líquido, tiene como consecuencias que las zonas suburbanas se vean obligadas a ceder volúmenes de agua para el consumo público-urbano-industrial y por otra parte se deteriora el uso consuntivo (no se devuelve al medio donde se ha captado o no se devuelve de la misma manera que se ha obtenido), principalmente el de uso agrícola atribuido a las técnicas obsoletas para el riego y la producción alimentaria. Sin duda las principales componentes de planeación para el manejo hídrico, en las que SIIG ingeniería y Consultoría se especializa, deberán ser exhaustivamente revisadas por las instancias administradoras de agua, con la finalidad de evitar un escenario irreversible de disponibilidad hídrica por daños a los recursos naturales existentes.
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Autor: Carlos Villa Alvarado
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