Planificación al servicio de la movilidad.

Los asentamientos urbanos en la actualidad presentan tasas poblacionales que cada día van incrementándose, es por esto que los planificadores urbanos tienen la tarea de expandir las fronteras de las ciudades para poder cubrir la demanda de espacios habitables y transitables. Estos espacios transitables se dividen entre espacios peatonales y vehiculares, a los cuales se les da la prioridad por las necesidades logísticas de las entidades que impulsan el desarrollo económico de las sociedades urbanas y rurales, pero ¿realmente se está planificando para una movilidad sana y eficaz para los habitantes de la ciudad?.

Varias personas que son usuarios de vehículos automotores los utilizan para trasladarse de su casa al trabajo, traslado que normalmente consta de una persona por automóvil y también muchas veces se desplazan distancias relativamente cortas. Los grandes congestionamientos vehiculares que se presentan en las zonas centrales de las ciudades se deben a estos usuarios de automóvil que utilizan este medio de transporte para cubrir distancias que bien se podrían cubrir con otros medios de transporte como lo son las bicicletas.

Un ejemplo claro se presenta en las ciudades que tienen centros históricos. Estos espacios urbanos responden a necesidades que se tenían en épocas en las que el tránsito de vehículos, en esta caso carretas y carruajes, era mínimo y han fallado en ser adaptados para las necesidades de movilidad modernas.  En estos casos los espacios urbanos de los centros históricos resultan insuficientes para los que los habitan, esto debido a que llegan a tener entre 1 a 2 vehículos y los utilizan muchas veces para trasladarse a lugares cercanos, incrementando de manera innecesaria el tráfico y entorpeciendo el paso de usuarios que vienen de lejos y la única manera que tienen de llegar a sus destinos es por medio del transporte público o privado.

Por esta razón los planeadores urbanos tienen que darle énfasis al uso de la bicicleta en las zonas centrales de las ciudades, reduciendo el espacio destinado a los automóviles y diseñando infraestructura para el uso de la bicicleta. Con estas medidas se fuerza al usuario del espacio urbano a decidir si realmente necesita usar el automóvil para distancias cortas, invitándolo a recorrer de manera recreativa y sana su espacio habitable inmediato.

En conclusión el promover el uso de bicicletas por medio de la planificación urbana, puede ser una buena medida para reducir el tránsito en las zonas centrales de las ciudades, las cuales suelen concentrar la mayoría de los servicios que utilizan los habitantes de la ciudad y de igual manera se reducen las emisiones de contaminantes producidos por los vehículos automotores.

Si tienes el deseo de integrar estas medidas de mitigación a tu proyecto residencial o industrial no dudes en contactarnos para ofrecerte una solución a tus necesidades de planificación urbana con la mejor ingeniería confiable.

Escrito por: Joshua Gómez Gamiño

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