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El impacto ambiental que tienen las presas es incalculable, pues interrumpen el flujo de un cauce natural con consecuencias, en la mayoría de los casos, no previstas y no deseadas como es la alteración de los flujos biológicos en ambas direcciones, aguas arriba y aguas abajo; de la misma forma, la retención de sedimentos en presas, implica que nutrientes y minerales no lleguen a fertilizar las tierras aguas abajo de la presa. Entre otras, una de las secuelas directas es la interferencia en los ciclos de migración de las especies acuáticas, debido a la barrera física que afecta su proceso de reproducción y por consiguiente al ecosistema en que se desarrolla y traslada. Dentro de estas especies perjudicadas se encuentran los peces anádromos, es decir, que migran del mar a aguas dulces para desovar, o viceversa, denominados catádromos.
Este problema ha sido reconocido desde la última década del siglo XIX por La Legislatura del Estado de Washington (según lo descrito en la publicación del Northwest Power and Conservation Council, “Fish passage at dams”), como consecuencia, se inició la creación de leyes que dieran prioridad a la construcción de pasos exclusivos para peces, y así, disminuir los efectos negativos en el ciclo de vida de las especies y los daños indirectos que esto implica. Estos pasos son conocidos como escaleras de peces y a pesar de existir más de 6 variaciones constructivas, el principio es el mismo: permitir la comunicación acuática entre dos puntos situados aguas arriba y aguas abajo de la obstrucción.
Diseño conceptual de una escalera de peces de ranuras verticales. Fuente: Thorncraft and Harris, 2000. “Fish Passage and Fishways in New South Wales: A Status Report”.
Las escaleras de peces consisten en un canal por el cual transita la corriente, con la particularidad de encontrarse obstaculizado por elementos perpendiculares a la dirección del flujo (vertedores) que permiten que el agua reduzca su energía cinética y pueda generar un incremento del tirante, creando pequeñas albercas que tienen la función de escalonar la corriente, para hacer posible recorrido de los peces de un nivel inferior a uno superior.
En estas estructuras, se presentan velocidades altas únicamente en las conexiones de los vertedores, aunque los peces pueden utilizar las albercas también para descansar, pues existen en ellas velocidades bajas y poca turbulencia. En la imagen siguiente se presenta esta distribución de velocidades, calculadas para flujo bidimensional.
Así pues, las escaleras de peces son una solución de fácil construcción, que aportan de una manera modesta la atenuación de la interferencia humana en los ecosistemas; de la misma manera, son obras hidráulicas que no sólo dependen de los parámetros físicos e hidrológicos de la zona, sino de las características únicas de la fauna local que transita por ellas como son la diversidad, el volumen, la masa corporal y las velocidades contra las que pueden nadar.
Estas obras son una muestra de la importancia de la interdisciplinariedad de un proyecto de ingeniería civil, requiriendo de expertos en procesos constructivos, en hidráulica, biología y ecología, entre muchas otras.
En SIIG Ingeniería y Consultoría consideramos necesaria la integración de Normas nacionales e internacionales en el diseño de infraestructura en cuerpos de agua para minimizar el impacto ecohidrológico.
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Por: Ricardo Ballesteros Pérez
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