VIVIENDA DE DESINTERÉS SOCIAL

En el año de 1972, durante el sexenio de Luis Echeverría fue creado el INFONAVIT con el objetivo de dar acceso a la clase obrera creciente a una vivienda digna por medio de un crédito hipotecario.

Así se marcaba el inicio de una nueva manera de pensar en vivienda en nuestro país, desde su adquisición hasta el modo de planificación y de construcción de la misma. Se tuvo que pensar en grandes bloques de vivienda para un sector o clase específica de la sociedad, viendo por sus necesidades y actividades o por lo menos ese era el objetivo inicial.

Aunque por muchos años ésta consigna fue cumplida y por medio de ella muchos mexicanos pudieron acceder a una vivienda digna, desde principios de este siglo, este modelo de planificación de vivienda ha pasado de tener un interés social a involucrar intereses económicos tanto públicos como privados, donde las viviendas de interés social se han vuelto bloques habitacionales multiplicados en serie, con una pobre utilización del suelo, con una pobre planeación urbanística, sin ninguna consideración ambiental, aislados de la ciudad, en su mayoría sin infraestructura y sin equipamiento urbano. En fin, un cúmulo de problemas que afectan directamente la salud de los centros urbanos y por supuesto de sus habitantes.

Fuera de esas afectas a gran escala, probablemente el principal problema sea habitar estas casas, el vivirlas o sufrirlas. Dejando de lado obviedades como el reducido espacio, y la mala calidad constructiva, el que las habita se enfrenta a dos problemas que peligrosamente no son evidentes:

El aislamiento social con respecto a la ciudad y en el interior mismo de estos desarrollos habitacionales, contar con poco espacio público (porque no es redituable para la constructora) hace más difícil la inserción social del individuo que adquiere estas casas.

La pérdida de individualidad que representa vivir en el mismo tipo de vivienda que otras 300 o 400 personas en el mejor de los casos.

Está claro que no todas las personas tienen las mismas necesidades y es por ello que estas casas tienden a ser modificadas en cuanto se pueda, aunque éstas nos estén preparadas tanto estructural como morfológicamente para llevar acabo modificaciones.

Sin duda son muchos más problemas los que han traído este modo de desarrollo habitacional. Lo cual se ve reflejado en el alto índice de abandono del que son víctima y victimario estas viviendas. Y aunque es evidente que estos problemas no serán corregidos de la noche a la mañana, actualmente la arquitectura, la ingeniería y la construcción en general, retoman a la descuidada vivienda de interés social como uno de los temas principales de conversación y de desarrollo. Arquitectos como Alejandro Aravena (Chile) y Alberto Kalach (México) han tocado este tema y han llevado a cabo en el desarrollo de viviendas realmente de interés social con responsabilidad ambiental, con viabilidad económica y sin perder el sentido estético y habitable propio de la arquitectura.  Sin duda queda un enorme trabajo por hacer, de manera global tanto en el desarrollo de nueva vivienda como con el manejo de esta causa de total “desinterés social” que se ha construido en los últimos años y que representa un gran reto de para los tomadores de decisiones.

En SIIG® nuestro proceso de planeación urbana en centro de población ayuda a evitar que éste fenómeno se siga acentuándose gracias a nuestra toma de decisiones CONFIABLE que permita a nuestros clientes tener resultados en sus procesos de creación de infraestructura.

Por Alberto Cruz Leal

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